Me había acostado pronto, aunque no conseguía dormir. Intentaba imaginarme que pasaría mañana, cómo sería, quién estaría, qué dirían. Estaba tan nerviosa que no podía dejar de pensar en el día siguiente. Finalmente me dormí.
Cuando me desperté eran las siete y media de la mañana. Desayuné y me vestí. Más tarde salí con mi familia. Todos estaban muy orgullosos de mí y yo me sentía la chica más feliz del mundo.
A la hora prevista una limusina me recogió en el hotel y me llevó al teatro. Al llegar me senté en mi butaca y esperé hasta escuchar: "Y el premio a la mejor patinadora del mundo es para... ¡Iria!". Me levanté para recoger el premio. ¡Estaba entusiasmada! Todo el mundo me sacaba fotos y me grababa. ¡Fue genial!
Iria Fernández Sanz
Cuando me desperté eran las siete y media de la mañana. Desayuné y me vestí. Más tarde salí con mi familia. Todos estaban muy orgullosos de mí y yo me sentía la chica más feliz del mundo.
A la hora prevista una limusina me recogió en el hotel y me llevó al teatro. Al llegar me senté en mi butaca y esperé hasta escuchar: "Y el premio a la mejor patinadora del mundo es para... ¡Iria!". Me levanté para recoger el premio. ¡Estaba entusiasmada! Todo el mundo me sacaba fotos y me grababa. ¡Fue genial!
Iria Fernández Sanz
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