Marina vivía en el mar, bajo el mar. Era una niña especial porque podía respirar en el agua. Tenía muchas amigas, pero todas eran sirenas menos ella. También tenía una mascota, una tortuga marina llamada Perlita.
Pronto iba a ser su cumpleaños y haría 11 años. Llegó el día y recibió muchos regalos bonitos, pero para ella el más especial fue el de su mejor amiga, Estrella: una bonita ostra pintada. Al principio no parecía gran cosa, pero cuando la abrió se encontró una perla de los deseos y se sorprendió al ver que la ostra tenía un espejo por dentro.
Pidió el deseo de ser como las demás, pero seguía siendo una chica especial.