El
revés de Sara era demoledor. Una y otra vez clavaba la pelota en las esquinas
del fondo de la pista. ¿Cómo podía explicarse tal precisión jugando al tenis
con su dificultad para apoyar las letras en la línea correspondiente cuando
escribía en su libreta? ¡Qué misterio era ese!
Muy bien Sara, me encanta, sobre todo el final ¡Ya apoyaba las letras en la línea!
ResponderEliminarEstá muy bien, sigue así.